martes, 15 de marzo de 2011

Las nuevas tecnologías se van haciendo hueco.


Bueno, pues ya tengo un ebook, ¿o he de decir un libro electrónico, así en español, o tal vez un e-reader? Así de primeras me gusta más el libro impreso, ya sé que suena a tópico, pero es verdad que su tacto, su olor son insustituibles. El ebook es un aparato muy frío, no me transmite nada, algo que sí me pasa con un libro, su portada, su colorido, su volumen...
 Aun no he leído un libro completo en este nuevo artilugio, todavía estoy conociéndolo un poco mejor, abriendo y cerrando carpetas, ajustando la configuración, enterándome de cómo descargar libros, de los formatos, de cómo hacer anotaciones, de cómo descargar mp3, entre otras cosas. Resulta que me bajaba libros en pdf y no podía cambiar el tamaño de la letra, claro era en pdf y eso parece ser que es como una foto fija, que no se puede editar, creo. Bueno pues ya he solucionado el tema, ahora he encontrado un programa que transforma los pdf en formato epub y eso es otra cosa.

 Ya siento curiosidad por empezar a leer en él, pero ahora tengo dos libros entre manos y he de acabarlos antes de centrarme en uno nuevo.   Precisamente uno de ellos trata de Internet y cómo afecta su utilización a nuestras mentes, y concretamente hablando del tema de los libros digitales, el escritor Steven Johnson afirma que "la migración del libro al mundo digital no iba a limitarse a cambiar tinta por píxeles, sino que probablemente cambiaría de manera profunda el modo en que leemos, escribimos y vendemos libros". Sigue diciendo "temo que uno de los goces de la lectura - la inmersión absoluta en otro mundo creado por el autor - pueda verse comprometido. Acabaremos leyendo libros como leemos revistas y periódicos : picoteando un poquito aquí y allá".
Ya veremos si es cierto. 

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