martes, 17 de septiembre de 2013

MARINA. Carlos Ruiz Zafón


Carlos Ruiz Zafón (Barcelona, 1964) publicó su primera novela, El príncipe de la niebla, en 1993.  Posteriormente escribió otras tres dirigidas a un público juvenil: El palacio de la medianoche, Luces de septiembre y Marina, ésta última en 1999. Sin embargo la obra que lo llevó a la fama y al éxito comercial fue La sombra del viento (2001)
Marina es una novela corta que nos traslada a la Barcelona de los años setenta. Cuenta la  historia de dos jóvenes adolescentes, Marina y el joven protagonista, Óscar Drai, quien es a la vez el narrador en primera persona. Estos dos personajes principales se verán envueltos en una macabra y peligrosa historia paralela, la del enigmático fabricante de artículos ortopédicos y prótesis médicas que termina dedicándose frenéticamente a la construcción de autómatas, Mijail Kolvenik y su esposa Eva Irinova. Así que en realidad son dos historias dramáticas que se entrecruzan entre sí, o mejor, una engloba a la otra.
Los personajes de la obra están muy bien construidos. Óscar es un chico triste, solitario y con una vida monótona y gris hasta que se cruza con Marina y Germán.  El padre de Marina es un personaje muy atractivo por su carisma, por su bondad y por su relación tan amistosa con el desconcertado y deslumbrado Óscar y por su relación tan tierna y cómplice con su hija. En cuanto a Marina va cambiando la imagen que el lector se hace de ella a lo largo de la novela, pasa de ser una chica espabilada, incisiva e irónica a ser una persona frágil, más cariñosa y humana de lo que aparentaba.

Uno de los aspectos más logrados de la novela es la ambientación del relato en una Barcelona antigua y misteriosa, de mansiones abandonadas y semidestruidas que sirven de escenario ideal para enmarcar la historia enigmática y siniestra que nos relata el autor. Esta atmósfera es la misma que encontramos mejorada en La sombra del viento con la que guarda tantas  semejanzas y de la que es inevitable acordarse mientras se lee Marina.

Marina es una buena novela de misterio e intriga que atrapa la atención del  lector y que  consigue entretenerle, aunque sinceramente tengo dudas de que llegue a calar bien en los lectores más jóvenes a los que parece estar dedicada, por su trama algo enrevesada en algunos pasajes de la historia de Kolvenik.

domingo, 8 de septiembre de 2013

LOS JUEGOS DEL HAMBRE. Suzanne Collins


No hubiera leído Los juegos del hambre si mi hija de once años no me lo hubiera pedido. A ella le encantó esta novela y me la propuso para que la comentáramos juntas, ese gesto me gustó y accedí, no sin cierto recelo, y retrasando otros títulos que tenía como prioritarios en mi lista de lecturas. Ella se ha leído la trilogía completa y en su opinión, de la que me fío, la mejor es la última: Sinsajo y la menos atractiva En llamas.
Aunque no tengo ninguna intención de leer los dos siguientes títulos de la saga, porque me imagino que serán más de lo mismo y para muestra, un botón, he de reconocer sinceramente que la novela me ha gustado y que despertó mi curiosidad, aunque eso sí, sólo a partir de la segunda parte, cuando verdaderamente comienzan los juegos, durante la primera parte varias veces estuve a punto de abandonar aunque ahora me alegro de no haberlo hecho.
En Los juegos del hambre la escritora y guionista Suzanne Collins nos traslada a un mundo imaginario, surgido a raíz de la supuesta destrucción de Norteamérica y del subsiguiente nacimiento de Panem, donde ahora coexiste el Capitolio como centro poderoso y rico y doce distritos pobres  dependientes de él. Anualmente, y para regocijo macabro de los ciudadanos, se celebran  los juegos del hambre donde 24 participantes (dos de cada distrito, de entre doce y dieciocho años) han de luchar a vida o muerte por la supervivencia en un ambiente hostil donde sólo uno de ellos podrá salir con vida del cruel enfrentamiento.
La novela está contada en primera persona por Katniss Everdeen, la joven protagonista de la historia. Junto a ella el lector se sumerge en una cacería entre seres humanos donde todo vale, desde el enfrentamiento cuerpo a cuerpo al  asesinato más traicionero y ruin.
El escenario elegido es un espacio abierto, un bosque con ríos y un lago, un lugar inhóspito no exento de las trampas y peligros creados a propósito por los organizadores de los juegos para aumentar la intriga y la vistosidad del evento. Y es que todo lo que ocurre en el estadio donde se celebran los juegos del hambre es  supervisado por el poder del Capitolio y retransmitido en directo a través de unas pantallas gigantes para los ciudadanos que demandan con ansia un espectáculo donde haya acción, sorpresa y novedades.
Este trasfondo del ojo que todo lo ve, del Gran Hermano, resulta poco original y ya repetitivo, aparecía en obras que poseen la calidad literaria de la que adolece ésta, me refiero a novelas como Fahrenheit 451 de Ray Bradbury o 1984 de George Orwell. Además el argumento copia el modelo de los reality shows que tan de moda están en las televisiones de todo el mundo, con series como “Gran hermano” o “Supervivientes”.
Como buen ejemplo de best seller norteamericano, esta novela posee los ingredientes adecuados para conseguir un gran éxito de ventas. Estamos ante una historia pensada para el éxito comercial, con mucha acción, aventura y cierta dosis de suspense y sentimiento, pero carente de la profundidad y la reflexión inherente a la literatura de mayor nivel. El  argumento en sí es superficial y a los personajes les falta algo, aparecen planos y sin complejidad,  construidos únicamente para apuntalar la trama, pero sin el carisma necesario para hacerlos cercanos y atractivos.
En una novela pensada para el público juvenil no podía faltar otro elemento necesario, la historia de amor, y aquí asistimos al típico y manido triángulo amoroso con el que se pretende humanizar un poco a los personajes, pero se trata de una relación sentimental descafeinada y poco elaborada.
Pues bien, a pesar de todo lo dicho sobre el escaso valor literario de Los juegos del hambre , esta novela me ha entretenido, me ha resultado una novela de acción y aventura muy amena con la que Suzanne Collins consigue atrapar la atención del lector con frecuentes golpes de efecto y con escenas sorprendentes y misteriosas. Otro logro de la autora es el ritmo trepidante que deja al lector sin aliento conforme sigue las hazañas de su inteligente protagonista, todo ello con un lenguaje sencillo y práctico sin más pretensión que la mera comunicación.
 La novela está clasificada como literatura juvenil, pero no sólo es válida para jóvenes, que lo es, por supuesto, sino que además agradará a lectores de todas las edades siempre y cuando se conformen con leer para pasar un buen rato, sin más pretensión que el entretenimiento. Es una obra apta y recomendable para lectores no demasiado exigentes.
En cuanto a la película, he de decir que es un reflejo muy fiel del libro pero demasiado larga en mi opinión. He aquí el tráiler que podemos ver en Youtube: