Autor: José Antonio Marina; María de la Válgoma
Editorial: Debolsillo (Penguin Random House)
Colección: Literatura, 239
Fecha: 2014 (D. L. 2007)
Páginas: 157
ISBN
978-84-8346-290-4
Un pequeño manual que nos habla de la importancia de la
lectura, de sus efectos beneficiosos para la inteligencia y de lo que hay que
hacer para fomentarla desde varios frentes, sobre todo desde la familia, la
escuela y los institutos de enseñanza.
Uno de los principales motivos de la conveniencia de adquirir
cuanto antes el hábito lector es que nuestra inteligencia es lingüística y es a
través del lenguaje como nos llega la mayoría de los conocimientos necesarios
para aprehender la realidad y poder así manejarnos lo más adecuadamente posible
por ella.
Los autores destacan las ventajas de la lectura como
actividad facilitadora de la cultura, como actividad fundamental para el
desarrollo de una visión crítica y liberadora ante los dogmas, como una
actividad enriquecedora de la personalidad, pero sobre todo es importante
destacar su valor como actividad placentera, como actividad de ocio y
entretenimiento.
Es un libro pensado para padres y profesores pero también
para todo el que quiera adentrarse en el tema del fomento de la lectura, tan
necesario en nuestros días, cuando el tiempo disponible es disputado por otros medios
en las que predomina la imagen sobre la palabra, por lo que no requieren ningún
esfuerzo intelectual, pero que no son nada enriquecedoras, como pueden ser la
televisión, los juegos de ordenador o Internet.
Adquirir el hábito lector quizás necesite de un esfuerzo
previo, de ejercitación hasta adquirir maestría, rapidez y lograr así la
comprensión lectora necesaria para poder disfrutar plenamente de la lectura,
pero sin ningún tipo de duda, el resultado merece la pena. Y como afirman los
autores, fomentar la lectura es un acto
de amor.
La magia de leer es un librito ameno y entretenido, escrito con convicción y amor por los
libros por lo que resulta muy
recomendable para todo tipo de lectores.
………………..
Una ciudadanía incapaz de manejar información y de comprender argumentos
está a merced de cualquier eslogan, agitador, gurú o personaje mediático. Y
esto rebaja inevitablemente la calidad de nuestra convivencia.
El tiempo para leer es siempre tiempo robado. El tiempo para leer, al
igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo para vivir.
Cuando un niño afirma que no le gusta leer lo que nos está diciendo es
que no tiene las habilidades necesarias para disfrutar de la lectura.
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