martes, 22 de marzo de 2016

LA TIERRA QUE PISAMOS. Jesús Carrasco


Título: LA TIERRA QUE PISAMOS
Autor: Jesús Carrasco
Editorial: Seix Barral
Fecha: 2016
Páginas: 270
ISBN 978-84-322-2733-2

Después de leer Intemperie de Jesús Carrasco, no podía dejar pasar ésta, su segunda novela, que ha colmado mis expectativas a pesar de que el listón puesto por él mismo era muy alto.

Esta vez la historia se sitúa en un escenario ucrónico: la invasión de España por un imperio europeo a principios del siglo XX. Los invasores se apoderan de la tierra conquistada despojando a los allí nacidos de su identidad y sus raíces. Además convierten una comarca de Extremadura en un lugar de retiro para los héroes jubilados de dicho imperio. 

La novela comienza con la aparición de un enigmático hombre en el huerto del matrimonio invasor formado por Iosif y Eva Holman. Ésta mujer reconstruirá, a partir de su escritura, la historia descarnada de Leva, ese hombre abatido y refugiado en su silencio.

La primera parte del libro se centra más en destacar el nexo de unión íntimo entre la tierra  y el hombre y se crea un atractivo enigma en torno a la figura de esos personajes tan bien perfilados. Sin embargo se nota como una transición un poco forzada hacia la segunda parte, en la que es  inevitable rememorar mientras se lee, hechos históricos como el nazismo, la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Civil Española, concretamente la terrible matanza de Badajoz y el tema aún pendiente de las fosas comunes en nuestro país.

Los personajes poseen una gran fuerza. Iosif, el esposo dependiente de Eva, un ser cruel y perverso, símbolo del autoritarismo y la violencia desatada se contrapone al sometimiento y la dejadez de Leva. Y en medio de ellos dos, Eva, un personaje que va evolucionando a lo largo de la novela hasta ser consciente de su culpa, de que está en deuda con el hombre que ha invadido su alma, como el ejército invadió los cuerpos y la tierra de los españoles sometidos a la barbarie y la crueldad. La historia que ella misma crea le devuelve la humanidad y la empatía que estaban dormidas en lo más profundo de su ser.

La tierra que pisamos es una novela con una estructura narrativa más compleja que Intemperie.   Aquí asistimos a un magnífico juego de voces. Por un lado está la voz narrativa de Eva como personaje que habla en  primera persona y nos desvela su pensamiento y emociones y por otro lado está la voz de  Eva como escritora y narradora de la historia de Leva, esta vez en tercera persona y a veces en segunda, cuando interpela directamente al personaje principal para que él le confirme o rechace la reconstrucción de algún pasaje de su vida. Estos cambios de narrador ocurren sin transición, incluso dentro del mismo párrafo.

¿Y qué decir en cuanto a la forma? Que contribuye de manera notable al placer que supone leer esta obra, dividida en ochenta y siete breves capítulos y en la que a cada paso encontramos frases contundentes y precisas con un rico vocabulario y una prosa cargada de simbolismo y belleza poética.

La tierra que pisamos  es una novela que recomiendo. Consigue un ritmo perfecto, que no decae en ningún momento sino que por el contrario va en aumento a medida que vamos conociendo la terrible historia de un superviviente apegado a la tierra, que por otro lado es lo único que le queda.

Toma un puñado de tierra, se lo lleva a la nariz, lo aspira y entrecierra los ojos como si catara un vino.


Otras obras del autor en este blog:




4 comentarios: