miércoles, 27 de abril de 2016

LLEGÓ EL TIEMPO DE LAS CEREZAS. Nativel Preciado

Título: LLEGÓ EL TIEMPO DE LAS CEREZAS
Autor: Nativel Preciado
Editorial: Espasa

Fecha: 2008

Páginas: 205

ISBN 978-84-670-2867-6

Carlota, una mujer madura, divorciada y con una hija ya mayor, es la protagonista de la novela. Vive sola y atraviesa una etapa de inseguridad, lo que da pie al contenido de la obra que no es otra cosa que  una reflexión sobre el paso del tiempo, el miedo a la soledad, a envejecer y al consecuente deterioro de la salud física y mental.

Me ha parecido una novela floja y superficial sobre todo en la primera parte, repleta de comentarios y lamentos sobre temas relacionados con la apariencia física, la delgadez, las arrugas o la moda, preocupaciones muy presentes hoy en nuestra sociedad capitalista pero que van asociadas al desarrollo natural de las fases vitales y que entran dentro de los ahora  etiquetados como “problemas del primer mundo”. En realidad en esa primera mitad no pasa nada, no hay acción, ni tensión argumental para sustentar una novela. Menos mal que ya en la segunda parte la historia toma algo de fuerza y podemos asistir al desarrollo de la trama narrativa, consiguiendo, siempre desde mi punto de vista, salvar la obra con dignidad.

Buena parte de la obra se envuelve en un halo de nostalgia de la protagonista que evoca algunos de sus mejores momentos durante su juventud, con continuas referencias y alusiones a anécdotas protagonizadas por personajes famosos, ya sean cantantes, actores, actrices o incluso científicas como Rita Levi. También son frecuentes los comentarios sobre películas, obras literarias y canciones, como la que da título a la novela El tiempo de las cerezas, que fue todo un símbolo en el París bohemio de los años sesenta.

Llegó el tiempo de las cerezas es una novela sencilla, con una prosa natural y sin artificio, que se deja leer con facilidad. Sin embargo, como ya dije, creo que carece de la necesaria tensión argumental para ser una buena novela y al final se queda en una mera reflexión existencial, por lo que resulta insulsa y pobre. Me temo que ésta es otra de las obras que pasará a formar parte de las que olvido en  cuanto cierro la última página.


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