martes, 5 de septiembre de 2017

LA LLUVIA AMARILLA. Julio Llamazares

Título: LA LLUVIA AMARILLA
Autor: Julio Llamazares
Editorial: Seix Barral
Colección: Booket, Novela, 2036
Fecha: 2006 (1988)
Páginas: 137
ISBN 978-84-322-1747-0

Esta segunda novela del escritor leonés fue publicada en 1988 después de Luna de Lobos de 1985. En La lluvia amarilla el autor nos traslada a Ainielle, un pueblo del Pirineo aragonés que existió realmente pero que fue abandonado por sus habitantes como tantos otros durante la segunda mitad del siglo XX. A partir de ese hecho Llamazares construye esta impactante historia de ficción.

Andrés, protagonista y narrador de la novela, es el último vecino que queda en Ainielle. Ya a las puertas de la muerte va recordando las escenas más significativas que han marcado su vida y la de su pueblo. Todos sus amigos y conocidos se han marchado del lugar, unos han muerto, otros, como el mismo hijo de Andrés, han huido e incluso su mujer, Sabina, ha decidido poner fin a tanta tristeza y desolación. Sólo Andrés asiste al deterioro progresivo, lento pero imparable de todo un pueblo y una forma de vida.

Una historia dura de soledad, de resistencia ante el paso implacable del tiempo, bajo el telón de fondo de la lluvia amarilla que todo lo tiñe de óxido, de otoño y de olvido.  Y a pesar de esa dureza La lluvia amarilla también es una historia  cargada de belleza y emotividad.

Una novela de las que marcan, de las que no se olvidan, de las que dejan un poso importante en el lector. Una novela que, a pesar de su brevedad, o quizás esta sea una cualidad añadida, encierra todo un mundo de sensaciones, de verdad, de realidad que a mí me ha impresionado.

El libro está estructurado en veinte capítulos cortos y estos a su vez en párrafos bastante breves que son como pinceladas de un cuadro que poco a poco van perfilando el panorama completo de una obra de arte, triste y dura pero una obra de arte maravillosa.

La lluvia amarilla es una joya literaria. A mí me ha atrapado desde el principio al fin y seguramente uno de los motivos es que está narrada con una admirable maestría. El escritor ha sabido armonizar fondo y forma con la ayuda de un lenguaje preciso y significativo y una prosa elegante y honda que roza la poesía. Vaya desde este humilde blog toda mi admiración por el buen hacer de este autor que demuestra aquí ser un excelente narrador y poeta.

Mientras leía la novela me acordaba de los relatos cortos de Jack London en los que el hombre se enfrenta solo a las adversidades y la inclemencia de la Naturaleza y también recordaba la obra Intemperie de Jesús Carrasco, muy posterior a esta pero otra historia dura y conmovedora de soledad y destrucción.

Y por supuesto también he tenido en mente la novela del mismo Julio Llamazares Distintas formas de mirar el agua publicada en 2015 en la que se parte del hecho real de la desaparición del pueblo natal del autor, en este caso por la construcción de un pantano y cuya reseña podéis ver en este mismo blog a través del enlace: 
Distintas formas de mirar el agua 

No hay comentarios:

Publicar un comentario